“BECOMING A DEVELOPER | deciding if it’s for you” por Alan B. Smith.

    Decidir si quieres ser o no un desarrollador es una decisión personal, más que algo hecho por habilidades. Esto es lo que afirma Alan B. Smith, el nos explica que para convertirnos en un desarrollador no necesitamos mucho más que, matemáticas básicas, gusto por resolver los problemas, paciencia, y disposición para sufrir estrés durante el proceso. Smith remarca un punto muy importante en su blog, hoy en día la cantidad de universidades y portales que te enseñan a programar y desarrollar a crecido de una manera exponencial. Tenemos todo tipo de curso en línea, miles de libros, y por suerte hoy en día no necesitas mucho más que una pequeña computadora con teclado para poder empezar a “desarrollar”.

    Tener este tipo de escuelas a incrementado el nivel de personas interesadas y que logran estudiar y aprender más sobre está rama del conocimiento. Hoy en día la demanda de ingenieros en software es muy grande, y la oferta es mínima. Una cosa muy importante que hay que notar es que muchas de estas escuela, o cursos que puedes tomar no llevan tu programación a un buen nivel y se mantienen en lo básico que necesitas aprender, y no te impulsan a generar un poco más. Por experiencia personal puedo afirmar que muchos de estos portales me han dejado con mal sabor de boca, al esperar un poco más de los cursos.

    “Hoy en día cualquiera puede ser un desarrollador”, esto se escucha bastante seguido, pero no creo que sea verdad. El significado que le demos a la palabra desarrollador va a generar los cambios en esta afirmación. Si tomamos la palabra muy literal un desarrollador puede ser considerado hasta el niño que hizo su primer Flappy Bird en un pequeño curso. Yo considero que para ser un desarrollador necesitas tener varios años de experiencia programando, conocer y poder utilizar varios lenguajes de programación y haber participado en diferentes proyectos que involucren desarrollo de software.

   Por último yo creo que la frase es mal interpretada, tal como Peter Novig relaciona con la película de Ratatouille, en el artículo previamente analizado; “… no cualquiera puede ser un gran artista, pero un gran artista puede venir de cualquier lugar.”